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11 Luego pasa como el huracán,
y peca porque hace de su fuerza su dios.

12 »¿No eres tú desde el principio,
Jehová, Dios mío, Santo mío?
No moriremos.
Jehová, para juicio lo pusiste;
y tú, Roca, lo estableciste para castigar.
13 Muy limpio eres de ojos para ver el mal,
ni puedes ver el agravio;
¿por qué, pues, ves a los criminales
y callas cuando destruye el impío
al que es más justo que él?

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